LAS CONTROVERSIAS

Comenzó de forma casi inocente desde las duelas universitarias, luego se ha extendido a las canchas de la WNBA, pero ahora amenaza con terminar con la liga de baloncesto femenino, tal y como la conocemos.

Caitlin Clark, así como Ángel Reese han sido las protagonistas de esta rivalidad, que ya desbordó todos los límites de los estrictamente deportivo y ha adquirido tintes de violencia física mezclados con expresiones de racismo e intolerancia.

A todo ello, sumen ustedes la suspensión de tres árbitros de la WNBA, hallados responsables de participar en la manipulación de resultados, así como la determinación de algunos equipos de no permitir más actos violentos en la duela, contra ninguna jugadora.

Señalamientos muy graves desde todas las direcciones se han multiplicado en los días recientes, convirtiéndose en cuestionamientos muy graves desde la instancia de los patrocinadores de la liga, los medios de comunicación y desde luego los aficionados.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *