Ahora todo parece indicar que las tribulaciones del cotejo ante la escuadra de las barras y las estrellas, pertenecen a un pasado muy lejano y no a un encuentro de hace apenas un par de semanas atrás.
Rostros sonrientes y palabras de aliento y apoyo abundan desde todas las direcciones en un comportamiento casi bipolar, no sólo de los gentiles aficionados que los vitorean, sino incluso de los propios integrantes del equipo representativo de la Federación Mexicana de Futbol.
Un marcador de cuatro tantos contra cero fue suficiente para que los gritos de reclamo y reproche se transformaran en porras y vítores para el conjunto que ahora dirige Jaime “El Jimmy” Lozano.
Desde luego que el tanteador pudo haber sido mucho más amplio, porque el antagonista de turno no ofreció ninguna clase de oposición y su desempeño fue bastante pobre, todo ello en el enfrentamiento entre tricolores y hondureños.