Para algunos es el arte del engaño, para otros es un abuso y para los más puristas es una actitud antideportiva que debe ser sancionada y desterrada para siempre de las canchas deportivas y más aún en las pistas para los profesionales.
En la NBA le han identificado como el “flooping”, que no es otra cosa, que pretender engañar a los árbitros de un partido cualquiera de la NBA, situación que en los últimos años se ha vuelto más recurrente.
De acuerdo a la nueva reglamentación, cualquier jugador que incurra en esta actitud, será penalizado con la marcación de una falta antideportiva, castigado su equipo con un tiro libre en contra y el conjunto rival tendrá la posesión de la pelota.
Sin contar con demasiadas expectativas se espera que esta nueva normatividad, desalientes a los mayores “actores” a dejar esta práctica y limitarse a simplemente jugar en las duelas de la NBA.