Después de padecer tres descalabros consecutivos, en la primera fase eliminatoria correspondiente a la versión 2023 del Campeonato Mundial de Baloncesto varonil, los integrantes de la escuadra tricolor se reagruparon.
Perdidas ya las posibilidades de clasificar a la siguiente ronda, ahora había que concentrarse en al menos intentar acreditarse una plaza para el repechaje olímpico.
Nueva Zelanda y Líbano, los dos rivales de turno a los que habría que superara de forma consecutiva y luego esperar los tropiezos de la selección venezolana que también buscaba el mismo boleto.
Omar Quintero y sus equiperos cumplieron con su parte de la combinación y después la suerte los favoreció con las dos derrotas de la quinteta venezolana, para finalmente adjudicarse el pase a la instancia del repechaje para poder acudir a los Juegos Olímpicos de París en el 2024.