Nadie podrá decir que ha sido un paseo dominical, pero a todos nos ha quedado la sensación de que en cuanto Marc Márquez se lo propuso, tomó la punta de la carrera y solamente se detuvo cuando cruzó la línea de sentencia.
En el marco del Gran Premio de Tailandia, el catalán enfundado ahora en los colores escarlata de Ducati, se acreditó la bandera a cuadros, dejando en la segunda posición a su hermano Alex Márquez y en la tercera plaza al italiano Francesco Bagnaia, también a lomos de una moto Ducati.
Con estos resultados, es fácil anticipar que la armadora de Borno Panigale, ha conseguido no solamente un dominio pleno en la categoría reina del motociclismo de velocidad en el orbe, sino algo que bien se parece a un espacio realmente hegemónico.
Solamente motos DUCATI en el podio es prueba irrefutable de ello y no aparece en el horizonte cercano, quien pueda verdaderamente antagonizar con la casa italiana, que por lo pronto disfruta de la circunstancia de dominar a placer un campeonato más.