Finalmente la lógica se impuso y la quinteta con el mejor registro de partidos ganados y perdidos, a lo largo de la temporada regular, es la que se ha quedado con el cetro de campeones de la NBA.
Para el llamado “Trueno” de Oklahoma, la victoria en siete partidos sobre el vencedor de la Conferencia Este, le devuelve una cierta cuota de vigencia, al concepto de “justicia deportiva”, por lo cual el reconocimiento a la joven escuadra del Oeste de la NBA se ve ampliado.
Shai Gilgeous Alexander se ja adjudicado los máximos honores al ser galardonado como el Jugador Más valioso de la serie final, homenaje que se suma al de la campaña regular.
Han comenzado las especulaciones, con respecto de si nos estamos asomando al nacimiento de una nueva dinastía, por la juventud de la mayor parte de la plantilla de Oklahoma, o si en su defecto, solamente se ha tratado del surgimiento de una flor de un día.